El Huéhuetl, mal llamado Teponaztli o Teponaxtle

Forma correcta de tocar el huéhuetl

En la época prehispánica, su sonido significaba muerte.

Gran diversidad de culturas, usos y costumbres, existen en México, en ellas, podemos encontrar un incalculable número de representaciones, llenas todas de gran riqueza histórica, como el uso de instrumentos musicales ancestrales, que aún en nuestros días son utilizados.

En las comunidades del municipio de Panotla, se llevan a cabo festividades religiosas, en honor al santo patrón de cada localidad, en ellas aún se utiliza el tambor “Huéhuetl”, para acompañar los rituales religiosos o cantos, es común que también que algunas poblaciones de los estados de Puebla y Tlaxcala lo utilicen, donde erróneamente se le conoce como Teponaxztli o Teponaxtle.

Describiremos al verdadero Teponaztli

Es un instrumento de música propio de la civilización mesoamericana, en realidad, no es un tambor como actualmente lo conocemos, sino una especie de xilófono de dos lengüetas vibrantes, para fabricarlo, se ahueca un tronco de madera en forma de cilindro, por uno de sus lados, sin que el hueco llegue a sus dos extremos.

Con esa cavidad se obtenía una perfecta resonancia, del lado opuesto de la abertura, se hacen dos ranuras paralelas y separadas unos centímetros, de una de la otra, posteriormente se unen a la mitad haciendo una ranura transversal, para completar se cierra la abertura inferior con una tabla removible.

Se debe realizar de tal manera que las dos lengüetas resultantes sean ligeramente desiguales en su longitud y grosor, y al ser golpeadas con dos baquetas de madera (llamadas olmaitl), recubiertas en la punta con hule cerca de sus extremos, emitan sonidos que correspondan a notas diferentes.

Algunos eran tallados con distintas representaciones, como guerreros, animales o deidades, dependiendo la región, actualmente solo se pueden apreciar en su forma original en salas de exhibición o en algunos museos.

En las guerras floridas, se empleaba para transmitir órdenes, como un medio de comunicación o para animar y alentar a los guerreros, dándoles valor en la batalla, también era utilizado en las ceremonias, danzas, celebraciones y ritos religiosos, pudiendo lograr incluso una base rítmica en algunos cantos.

El huéhuetl, es considerado un elemento cultural de Mesoamérica

Los nativos de aquellas tierras utilizaban los tambores de formas diversas, este tambor vertical se le conoce con el nombre náhuatl de huéhuetl, utilizado por la civilización mesoamericana meridional, desde los mayas, en Guatemala, Honduras y lo que conocemos como la península de Yucatán, los huastecos en San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz, Hidalgo, y algunas regiones del estado de Puebla y los huicholes, en el estado de Jalisco y Nayarit, es considerado elemento cultural meridional, probablemente originado en zonas boscosas tropicales donde abundaban arboles grandes.

El huéhuetl, era simplemente un cilindro hueco de madera, abierto de ambos lados, con las características que, en uno de sus extremos en la parte superior, se le colocaba una membrana, como piel de coyote, en la parte inferior se hacía una parte de soporte o patas formando un hueco para que al momento de ser golpeado pudiera producirse el sonido deseado.

Según las tradiciones quien tocaba este huéhuetl, debía ser un hombre de edad, un viejo en náhuatl huehuetzin, además debía ser un erudito en las tradiciones y poder cantar, para tocarlo debía estar de pie y hacerlo con ambas manos, con la punta de los dedos, de forma extendida.

En el pasado existían personas virtuosas en la percusión del huéhuetl con los dedos de las manos, actualmente se ha perdido el valor melódico de este instrumento.

Aunque los aztecas también tenían pequeños tambores de guerra, tipo huéhuetl, eran portados solo por los grandes guerreros, atados a sus espaldas cuando se encontraban en combate, incluso el códice Ixtlilxóchitl, representa a Nezahualcóyotl, portando un tambor de color azul, se calcula que medía 30 centímetros, llamado por los aztecas “teocuitlatl huéhuetl” lo que se traduce como huéhuetl de oro, haciendo pensar que este, también estaba elaborado con ese metal dorado.

Actualmente en los estados de Puebla y Tlaxcala, siguen utilizando el tambor tipo huéhuetl, con el fin de acompañar los rituales religiosos, tradición muy arraigada en estas localidades (pero frecuentemente es mal llamado, como Teponaztli o Teponaxtle), curiosamente no se toca artísticamente con la punta de los dedos, como originalmente se hacía, ya que es golpeado con un trozo de madera delgado, cubierto de una bola de tela en una de sus puntas.

Cabe mencionar que, quien lo toca, es común que lo traslade sin el menor cuidado, este instrumento es solicitado frecuentemente en las comunidades, que conservan estos usos y costumbres, para contribuir en el ambiente de fiestas religiosas, acompañado de un oboe o chirimía y por un tambor provisto de piola y pedazos de cuero que sirven para templarlo o una caja redoblante conocida como tarola.

Como un dato histórico, Frederick Starr, antropólogo estadounidense, autor de numerosos estudios sobre varias regiones del mundo, uno de los pioneros de la antropología, física de en México, visitó  nuestro país durante los años 1898 y 1901 calculando que la visita al estado de Tlaxcala se dio en el mes de marzo de 1898.

Starr, describe la música, las fiestas, indumentaria, así como la organización del trabajo, las técnicas de artesanías, pesca, tejido e irrigación, algunas actualmente han desaparecido por completo, provocado por la mecanización y avances tecnológicos, los cuales creemos son mejores, aunque muchas veces se demuestre que no es así, ya que muchas técnicas ancestrales están vigentes y las podemos encontrar en muchas comunidades alejadas.

En el recorrido que Starr realizó por Tlaxcala, fue seducido por el sonido del huéhuetl, resumiendo, textualmente en su diario menciona; pedimos que nos dejaran escuchar el tambor del pueblo, un gran huéhuetl, este instrumento era una reminiscencia de épocas antiguas y son pocos los pueblos indios que lo poseen.

Por lo general permanece guardado y sólo se saca en ocasiones festivas. El de los Reyes (nos referimos a los Reyes Quiahuixtlán), que media alrededor de 3 pies de altura, era un cilindro hueco de madera pintado de azul, con una membrana restirada sobre la parte superior.

Tres músicos tomaron su lugar, uno tocaba el enorme huéhuetl, el otro, llevaba el ritmo en un tambor ordinario y el tercero tocaba una chirimía, (cabe mencionar que, a estos instrumentos se les conoce como “Conjunto Azteca”, pero no debemos olvidar que el origen del tambor es africano y la chirimía tiene origen europeo, debido a la fusión de culturas, los tres a un tiempo forman ese conjunto).

Menciona también que la chirimía, era una flauta de madera de sonido agudo, siendo la primera vez que escuchaban un huéhuetl, el músico golpeaba el instrumento con fuerza, usando dos macillos de madera con las puntas acojinadas y llevando un excelente ritmo, se podía escuchar la resonancia en los instrumentos a gran distancia.

Incluso Starr, pudo contarle a los asistentes el antiguo uso del huéhuetl, según Bernal Díaz, en su historia de la Conquista de México, describía los sentimientos que embargaban a los españoles, cuando oían el gran huéhuetl, en el templo de la antigua ciudad de Tenochtitlan, en aquel entonces se tocaba este instrumento principalmente, cuando se sacrificaban seres humanos a los dioses y los soldados sabían que, algún compatriota o un aliado Tlaxcalteca estaba muriendo.

En el municipio de Panotla, no se ha perdido, ni se ha olvidado, el uso del ancestral huéhuetl, ya que, en las festividades religiosas de las comunidades, de Acatitla, Apatlahco, Huiloapan, Huexoyucan, Temetzontla, Tezoquipan, Techachalco, y la propia cabecera municipal, se sigue utilizando al conjunto azteca, para enriquecer las festividades religiosas.

Mención aparte merece la comunidad de Texantla, ya que el 15 de octubre del año dos mil, entusiastas ciudadanos, se organizaron e invitaron a personas de la región y de comunidades cercanas, a participar en un evento de exhibición del huéhuetl, logrando reunir a mas de 30 participantes, quienes a un tiempo hicieron retumbar a este imponente y ancestral instrumento.

El lugar donde se llevó a cabo este evento, sería el Santuario de la Defensa, cerrando las actividades y festividades que se organizaron, en honor a la virgen del pilar, que se venera el 12 de octubre, San Ambrosio Texantla, sienta precedentes a nivel estatal, en este tipo de acontecimientos.

Preservemos siempre en nuestras comunidades, las actividades heredadas de nuestros antepasados, para que generaciones futuras se enorgullezcan de su pueblo.

 

Respetuosamente.

Edgar del Razo Morales

 

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