El último de la banda

Tomas Osorno Valencia, foto Edgar del Razo Morales
Tomas Osorno Valencia, foto Edgar del Razo Morales

Compases, sueños y recuerdos.

En los andares por los caminos de la historia, de un emblemático municipio del bello estado de Tlaxcala, nos encontramos al último de la banda, así es, al último integrante de la Gran Banda de Música de San Jorge, por supuesto nos referimos a Tezoquipan perteneciente al municipio de Panotla.

Pero para iniciar con el tema que nos ocupa en esta crónica, mencionaremos que las bandas de música en México, iniciaron principalmente en el sur y centro del país, esto a mediados del siglo XIX con la llegada de los instrumentos de metal de pistones, Salvador Astrurells Moreno, en su trabajo “Las bandas de música: desde sus orígenes hasta nuestros días” menciona:-

-Etimológicamente, la palabra banda de música significa un conjunto musical formado por instrumentos de viento y percusión. Ahora bien, el término banda ha sido aplicado con anterioridad a distintos tipos de agrupaciones musicales. Por ejemplo, en la época del rey Luis XIV se denominaba La Grande Bande al conjunto de sus 24 violines-

“La Banda de Música San Jorge” de la comunidad de Tezoquipan, llego a ser considerada por los amantes de la música de aquellos tiempos, como la más grande por la cantidad de integrantes, incluso que banda oficial del estado, por las décadas de los años 20 al 50 del siglo pasado, la cual por diversas razones, poco a poco fue disminuyendo en número, realmente era un referente musical de la región, desgraciadamente en los últimos años, debido a un fatal accidente ocurrido el 24 de junio de 1989, se desintegraría esta legendaria banda, tras el deceso de 4 de sus integrantes y la lesión de algunos más,  (https://ayuntamientopanotla.gob.mx/la-tragedia-que-enluto-a-un-pueblo/).

En nuestros andares, indagando la historia de las comunidades del municipio de Panotla, nos encontramos al último integrante de esa “Banda San Jorge” al señor Tomas Osorno Valencia, de 87 años de edad, quien en una amena charla, muy a su estilo nos comparte sus vivencias.

Dice.- El gusto por la música viene desde que tenía 22 años, hasta eso yo no tenía intenciones de estudiar, pero un señor que ya es finado, una ocasión me lo encontré, andaba yo en bicicleta, que le digo donde vas, me dice voy a estudiar, ¿Qué estudias? me dice voy a estudiar el solfeo, a bueno está bien, dice anímate y vamos a estudiar anímate, le digo bueno le voy a decir a mi papá, todavía estaba yo solo entonces.

Que le digo a mi papá, pero necesitaba un método, cada 8 días el sábado, le decía el método Hilarión Eslava y no me lo traiba y no me lo traiba, (ríe al recordar) el día que no le dije, ese día me lo trajo, que me dice con quién querías estudiar, con don Gregorio Delgado, dice ha bueno está bien, le digo voy a estudiar dice mi papá, no creo hijo, no creo que tú le entiendas a estos chipotes (ríe a carcajadas), entonces yo le dije, pues ya va a ser cosa mía, si le entiendo bien, si no pues lo dejo, dice, bueno pues ahí como quieras, pero aquí está el método Hilarión Eslava.

Ya que vamos a ver al señor, ya estaba ahí el compañero ya estaba solfeando, ya que le dice mi papa, oiga venimos a decirle, que si tienes usted tiempo de ayudarle a solfear o a estudiar a este muchacho, entonces que agarro y que le digo si quiero estudiar,…. ríe y continua.- pero con el fin de estar con el amigo, en eso que agarro y que le digo está bien.

Vera usted, no es por nada pero le daba dos lecciones diarias, digamos me iba yo a cuidar mis animalitos (pastorear el ganado), y ya después de que iba a cuidar llegaba y me sentaba en los mogotes de mazorca, y ahí estoy sentado y sacaba mi libro y ahí estoy yo solito, mi amigo, de la lección veinte no pudo pasar, de ahí que agarro y que le digo, a poco no lo entiendes mira, do, re, do, re, mi, fa, mi, fa, sol, mi, re, mi, re, mi, fa, sol, fa, sol, fa y así hasta terminar la lección, ya empezaba a cantar la canción, dice pues donde estudiaste, le digo, donde pues aquí, le digo aquí vine a estudiar, dice bueno, dice pues yo no le entiendo de ahí no pasaba y de ahí no pasaba.

Le daba dos lecciones diarias al señor, el día que no iba yo, estaba una mesita así chiquilla, dice porque no viniste ayer, no pues es que tuve fiesta, o que tuve esto o tuve cualquier cosa, dice, bueno pues ahora te vas a ir hasta las nueve o diez de la noche, bueno está bien y me daba dos lecciones, y yo solito le ideaba yo, y le ideaba yo, estudie y ya estuve estudiando y todo y que le digo ya está, dice ya está, ya.

Una señora que se llamaba Francisca, me decía le entiendes, dice mira así, y así, y así y ya, me empezó a decir la señora y digo, bueno está bien, pero ahora ya no puedo caminar tengo ochenta y tantos años, tenía una trompeta estaba bonita la trompeta, ya que agarro y que le digo a mi hijo, yo voy a vender la trompeta, dice y la vendes y luego, pues digo la vendo y ya pues que cosa, la vendí, la trompeta la vendí, porque ya no pude tocar.

La última vez que toque, fue aquí a Techachalco, eso fue un 16 de septiembre fui a tocar, pero ya andaba rengo, que digo no, ya no voy a ir a trabajar ya no, trabaje en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, me pensione y todo, ya no le seguí a la música, me dedique a mis animales, los que se les dice de patio, deje la música como a los 75 años de edad, actualmente tengo 87 años.

Los nombres de los músicos viejos que recuerdo son, Luis Delgado, su hijo Herminio Delgado, Luis Delgado, Juan Calva, Eleuterio, Máximo Delgado esos eran músicos, pero mi tío Jerónimo Valencia también músico, tocaba la trompeta igual que yo, me decía tu ponte listo, luego estudiando, estudiando,  trabajando, trabajando, me decía en dónde vamos, vamos aquí, a bueno dice si está bien sí, sí así, cuantos compases contamos, tantos compases, me decía está bien.

Ponte listo decía, luego le decía a ese Máximo, pues que chinnnhuentes no ves, porque tocaba pero mal y pues de oía feo, se oía mal y digo pues que le hago, si siempre extrañando la música, luego no lo vas a creer pero sueño la música, sueño trabajando con otros compañeros con los que toque, a mí me gustó mucho la música, de veras me gusto, siempre no me falto que refresco, que tamales, que mole, que cubas, que cerveza, siempre bien atendidos y todo por la música.

Aceptaba una cuba dos y después, ya medios chiles le apretaba yo a la trompeta, y me decía mi tío Jerónimo, calmado, calmado no vayas a meter las patas, aquí en un pitazo mal dado, le digo no, no, nunca me paso, la canción que más me gusto tocarla es Poeta y Campesino, cada rato la tocábamos y de memoria, teníamos en frente el papel, pero ya me la sabia de memoria.

Me gustó mucho tocar la trompeta, cuando nos preguntó el maestro que queríamos, tocar uno por uno pregunto, tu qué quieres tocar saxofón, otro trombón y tú, y así y nos dijo, está bien vayan ya comprando sus instrumentos, porque ya es hora de que se integren, termine el primer método, yo quería seguir con el segundo método, pero ya no estudie porque ahora ese maestro Eleuterio, ya le andaba que anduviera yo con ellos.

El primer año vino aquí a la casa, no me encontró y dejo dicho le dice usted a Tomas que vamos a tocar en tal parte, está bien si yo le aviso decía mi papa, llegaba yo y me decía mi papa, ya te vinieron a ver, ¿Quién? Eleuterio, que cosa quiere, dice, pues que ha de querer que ya quiere que vayas a tocar con ellos y le decía, hay no todavía no, yo todavía quería seguir estudiando, pero me decía el maestro, tu estas bueno para el piano, para que estudies para tocar el piano, pero ese no me gustaba.

Que le digo sí, pero no, no, me gusta, me dice que te gusta, le digo la trompeta a bueno dice pos órale y el primer día que me invitaron a tocar me gane 50 pesos (enfatiza), “imagínate lo que se podía comprar con 50 pesos hace algunos años” me dice ten, esto es para ti, le dije de qué, me dice de que fuimos a tocar a tal parte, a bueno no pues dije este es bisne, este es bisne (risas).

Me pongo a tocar, me puse a hacer escuela yo solito, vieras que me dio la idea de aprender y si, si aprendí y otros veo que no, ya el maestro dice que ya habremos de ir a tocar, que empecemos a comprarnos nuestros aparatos, no pues necesito irme a trabajar para comprármelo, dice mi papá, te voy a comprar la trompeta, le digo si, si papá, ya me compro mi trompeta.

El primer día que me invitaron a tocar, fue en la iglesia aquí de San Jorge, en un 12 de diciembre, nuevecita, nuevecita, lleve mi zarape y hago un movimiento y la agarro de la boquilla, zas cabrón se me cae, de pabellón no, que se arrisca todo, dije chin y ahora, muy bajita la mano, yo no les dije nada, bajita la mano que salgo, que me vengo a mi casa, me dice mi mamá ya acabaron, le digo ya, yo ya me vine allá se quedaron, le digo.

Mi mamá no sabía, que le digo sabe usted que, dice que, le digo solté la trompeta y cayo de pabellón, ha sí, le digo y todo se le arrisco, dice bueno pues ahora hay que arreglarla, si la arreglamos y todo, se necesita ir a ver a Jerónimo, su cuñado, y ya que lo va a ver dice fíjate que esto y esto, más dice como, con razón se nos desapareció (risas).

Fuimos a puebla, la arreglamos y todo ya le seguimos a tocar, me gustó mucho la música de veras, y otros veo que no, yo anduve en Acatitla, Techachalco, en la Aurora, en Texóloc donde quiera yo me invitaban a tocar, pues eso es todo lo que recuerdo.-concluyó.

Platicamos también con el Federico Pérez Meneses al respecto comentó.- Recuerdo por pláticas de mi abuelo,  que la banda más grande de estado era de Tezoquipan, con más de 70 músicos, la primera generación por ahí de los años de 1880 aproximadamente, formada por los tatarabuelos y bisabuelos, ya mi abuelo Manuel Meneses, fue prácticamente de la última generación de esa banda.

Don Julio Pluma, don Gil Meneses, Eleuterio Xochipa, consideramos fueron de la segunda o tercera, generación de grandes músicos originarios de Tezoquipan, pero algunos nombres que me platicaba se escapan de mi memoria, mi padre Venustiano Pérez Osorno, también fue músico yo también le agarre el amor a la música.

Me juntaba con algunos músicos, como don Julio Pluma, don José Cedeño y Jerónimo Valencia, yo estaba chamaco, para mi pues ya eran señores grandes, después se reunían con los músicos de la Trinidad Tenexyecac, de San Antonio Tizostoc, Texóloc  y de otros pueblos, a pesar de que mi abuelo murió cuando mi padre tenía unos 8 años, y no pudo enseñarle música, el aprendió solo, yo creo que la herencia y el gusto, tal vez lo traemos en la sangre, mientras pudo se dedicó a la música.

La dejo, después de sufrir un accidente con un cohete, perdió parte de una mano, obviamente dejo de tocar, pero fíjate muchas de las familias de San Jorge, son descendientes de los músicos, de aquellos integrantes de esa gran banda, es muy bonitos porque algunos siguen con esa herencia, algunos vecinos, cuando se forma la orquesta Cerezo Rosas, tocaron en esa orquesta, como Don Salvador Calva.

Me decía mi abuelo, no hijo la banda más grande del estado fue de aquí del pueblo de San Jorge, aunque también la conformaban algunos músicos de pueblos cercanos, pero pues era reconocida como de aquí de san Jorge, como siempre me juntaba con los señores grandes, por eso más o menos se me quedo algo en la memoria.

Imagínate, alguna vez me platicó mi abuelo que,  cuando había tocada, don Jerónimo don Julio Pluma, don José Cedeño, se juntaban con mi papa, con un señor de nombre Margarito, se iban caminando bien lejos, me platicaba mi papa que iban asta por delante de Tlaxco, cerca de Chignahuapan, por ahí iban a tocar y de los volcanes por allá, así de esos pueblos nos íbamos tres, cuatro días caminando, me decía, pues no había transporte no había de otra, pero el gusto por la música sigue en la familia.-finalizó.

Resulta fascinante imaginar esos tiempos, cuando literal, esos músicos ganaban cada peso con el sudor de su frente, pero después de 31 años de la última banda, ha vuelto a surgir una organización similar en esa localidad, lo que podríamos considerar como la cuarta  generación, en cuanto a bandas en esa localidad se refiere, que poco a poco se ha ganado el gusto de la gente de la región, nacida en el año 2020  durante pandemia, es el señor Martín Zamora Delgado, quien al ser músico, encarga una actividad a sus tres hijos, inculcando el gusto por la música.

Logrando conjuntar a los sobrinos y algunos otros vecinos, quienes gustan por esta actividad artística, consolidando la Banda Auténtica de San Jorge……Pero ese es motivo de una crónica que más adelante escribiremos.

Respetuosamente.

Edgar del Razo Morales, Cronista Municipal

 

Ir al contenido